" Dama Negra"

Escribiendo a la dama negra:

No quiero ser poeta de la muerte
Sentir el frío de tu manto,
El silencio en mis oídos,
Las sordas palabras de tu canto.

Sentir el miedo a tu llegada,
El relajo a tu contacto,
Indiferencia en tu mirada.

No quiero ser poeta de la muerte
El vacío de mi cuerpo,
La llegada de tu aroma,
Y el despertar del alma,
Quien dormida,
atraviesa tus entrañas
para escribirle el último verso a la vida.

No quiero ser poeta de la muerte,
Deseo ser caballero de mi alma.

Que sale y se despide a gritos,
De su mejor aliado, el corazón
De su fiel escudero, el cuerpo
De su tajante enemigo, la razón.

Y en el último suspiro te desgarra
Llevándose contigo la experiencia,
Recordando a tu lado tus vivencias
Embriagando de dulzura tu existencia

Y mirándote a lo ojos por primera y última vez,
Mientras susurra desde lo alto,

Adiós amigo, adiós.
Y huye, buscando otro cuerpo,
descubriendo otros lugares,
donde dormirse otra vida entera

Y aportar, a su nuevo dueño
la experiencia en tus errores
el aguante al sufrimiento

Y durante años, reposará dormida
Hasta que la muerte la encuentre de nuevo
Con caricias de hielo, sin merecimiento alguno.

No quiero ser poeta de la muerte,
Deseo ser caballero de mi alma.

La que siempre perdura,
La que nunca te olvida.
La que siempre encuentra un nuevo lecho cuando despierta

R.Huerta